Alfredo nos muestra su auténtico “yo”, con su mente abierta al mundo posmoderno y un corazón tierno y sensible; un intelectual que a base de sabiduría y talento creativo nos sumerge en su verdadera personalidad creativa e innovadora. Su pensamiento inteligente nos conduce a los vericuetos y entresijos de su última novela ‘El diablo usa pintalabios rojo‘. Una novela interesante, atractiva y seductora es sin duda la novela de Alfredo Villaverde, ‘El diablo usa pintalabios rojo‘ debido a la trama, la estructura y la organización de la misma. Se publicó en 2017 en la Editorial Llanura. Tuvo mucho éxito en la Feria del Libro de Madrid ese mismo año. El libro de Alfredo arrastra un mundo narrativo lleno de sorpresas, un entramado de misterio que se desvela a lo largo de sus páginas en las que, aparecen los enigmas que el lector debe descifrar y resolver desde que se adentra en ella. La ficción y la realidad se dan la mano en un libro cargado de poder, erotismo y mitología donde se plantea principalmente un dilema existente en nuestra sociedad posmoderna, el bien y el mal.
El lector se sumerge de lleno en una red de personajes planos que giran en torno a una pareja de principales. Los personajes deambulan por el mundo de la moda entre la belleza y la seducción de las modelos, el hedonismo y el placer al que la gran mayoría incitan y el erotismo provocado por sus cuerpos, sus ademanes y sus expresiones. Las coordenadas espacio-temporales son variopintas; los personajes transitan por París (el centro neurálgico de la novela), Nueva York, Rochester, Ottawa (Canadá), Alepo (Siria) y Rumanía dentro de una secuencia temporal lineal que casualmente comienza en el otoño. Aun así, a veces se retrocede en el tiempo o analepsis para invocar el ayer, partes de la historia que incitan a rememorar las sociedades secretas masculinas ‘Los Iluminati de Baviera‘ y femeninas, ‘Las Hijas de la Luz de Isis‘ en las que el autor basa el centro regidor del poder la filosofía de la novela.
La novela se estructura en treinta y cinco capítulos en la que, el narrador omnisciente en tercera persona posee una fuerza desgarradora autenticando la verosimilitud de los hechos y dan forma a la ficcionalidad que aparece vertida principalmente en el mito, los ritos iniciáticos, los símbolos y las imágenes. Un libro en el que en su intertextualidad se aprecian alusiones implícitas a la Orden de Los Templarios de ‘El nombre de la rosa‘ de Umberto Eco y plagado a su vez de citas y referencias musicales, cinematográficas, artísticas y literarias. Desde Verlaine y Baudelaire hasta Gustave, Klimt y Rubens se va pasando por un entresijo de relaciones que alcanzan la estética y la filosofía; así se perfila y se dibuja la mente crítica y actual del autor.
Se puede considerar una novela metaliteraria en la que el autor reflexiona mediante las voces narrativas en la importancia de los libros secretos y la vida oculta y misteriosa de los monasterios mediante la lectura de libros en francés e incluso, en la escritura y lectura de un diario que acompaña a Daniela, su personaje principal caracterizado por una mezcla de delicadeza y explosión emocional, un ‘terremoto furioso’ que acapara la acción desde el principio.
Se reflejan en el discurso continuos viajes como símbolo de búsqueda de la identidad de los personajes encuadrados dentro del código narrativo axiológico. La existencia humana siente la necesidad de buscar y anhelar, trasladarse de un sitio a otro, viajar e indagar para encontrase en este mundo de múltiples realidades y encontrar un lugar donde situarse, en definitiva, un marco de referencia. De ese modo los protagonistas de la novela viajan constantemente en busca de resolver enigmas que se les plantean desde el principio hasta el final en los cuales se ven implicados en asesinatos, violaciones, torturas y una serie de vejaciones en un mundo plagado de ‘medias verdades’. Por tanto, el código epistémico ayudará al lector a desenmascarar las pistas que le conducirán a resolver los jeroglíficos implicados ya sean en las propias sociedades secretas o las pesquisas con las que actúa la propia policía.
El lenguaje es descriptivo y culto, el autor nos introduce en la historia y los misterios de las sociedades secretas, sus ritos, sus símbolos y plegarias a los que el lector se ve sometido e influenciado mediante un narrador que se mezcla entre los personajes y nos conduce a diálogos coloquiales en los que se aprecia un vocabulario cargado de neologismos y extranjerismos. Aparecen de fondo las normas, las leyes, las reglas, los hábitos y las costumbres de las sociedades secretas en los que el lector se ve sumergido y anclado. La trama atraviesa pasadizos y pozos similares a los de Murakami para alcanzar otras realidades y traspasar las fronteras de la realidad. Un mundo plagado de sueños y deseos que el autor desvela a través del misterio y el enigma y nos conducirán a un final inconcluso propio del siglo actual donde el lector deberá leer, interpretar y reinterpretar para sacar sus propias conclusiones ante el tema del ‘bien y del mal’, una dicotomía que existe desde la eternidad y se manifiesta vivamente en el hombre de nuestros días, haciéndose a su vez, cómplice del autor.
El propio autor construye sus personajes, principalmente femeninos en torno al diablo o Belbecur. Pocas veces vemos la figura del diablo con sexo femenino a la que se la puede tomar desde el punto de vista metafórico o la mezcla entre el bien y el mal. Hay veces que no solo se dibuja esa dicotomía sino que existen zonas grises en el hombre que nos inducen a reflexionar entre las elecciones que el ser humano realiza en la vida.
El ocultismo, las sociedades secretas, la masonería, la mitología; todo se mezcla en mundos múltiples o diferentes mundos de los cuales apenas conocemos. Una novela en la que se existe historia y literatura sin incurrir como muchas veces se hace en la “novela histórica” en la distorsión continua de los hechos. Alfredo se nos desvela con una serenidad que le caracteriza ante la vida y la muerte. La sensación de vejez aquejada en el hombre por las coordenadas “espacio y tiempo” es algo inevitable en el pensamiento humano. Es ley de la vida el proceso que sigue el hombre desde que nace hasta que muere y eso nos lo proporciona precisamente esa sensación de finitud. La novela de Alfredo es y será siempre objeto de debate y polémica donde aparecen el poder de seducción, el erotismo, la religión, las sociedades secretas y el misterio existente en la vida.