Jesús Aparicio González
El temor y la esperanza construyen en el aquí y ahora nuestro próximo futuro, ellos hacen en cada momento la arquitectura de cuanto seremos.
Sin saber qué te espera ahonda en esa realidad, pensada y sentida desde el interior del corazón de un hombre que se sabe perecedero y por lo tanto semilla de lo que está por nacer. La poesía de Jesús Aparicio González se alimenta del pan más reciente y surge en el devenir de lo cotidiano, haciendo suyo el canto de Juan Ramón Jiménez, «amor y poesía cada día». No cesa a pesar de saberse muchas veces entre las garras del tigre y avanza siempre bajo el soplo que mueve la mirada del águila.
Quien la lee escucha esa palabra que transmite serenidad y el gozo de vivir reconocido en las cosas pequeñas. Y al dejar de leerla queda el poso de ese polen que el sueño multiplica.