Concha Galán Gil.
En este poemario, he querido señalar que en algún momento del día, o en varios, todos nos miramos en el espejo. Unos con mayor rapidez, y otros con más detenimiento. Yo he querido pararme frente al espejo, y que sea este quien gire a mi alrededor, mostrando mis perfiles. En cada uno de estos giros, han surgido recuerdos, nostalgias y sentimientos, que quedan reflejados en este libro. Puedo sentir lo mismo que dijo Antonio Machado: Leyendo un claro día/mis bien amados versos/he visto en el profundo/espejo de mis sueños/que una verdad divina/ temblando está de miedo,/y es una flor que quiere/echar su aroma al viento.